Sebastián Murcia co-creador de: Travesías y Odisebas. Relatos de viajes a dos.
Entrevista para Sebastián Murcia un Colombiano con poco swing pero con mucho color, que según él bailan mejor las mesas, según yo siempre hay un buen momento para ser mejor que las mesas. Investigador científico, escritor escondido, enamorado de la comida y de la buena lectura.
Co-creador de: Travesías y odisebas. Relatos de viajes a dos. «Las travesías y peripecias de dos tocayos que viajan para encontrarse, no consigo; con el otro. Un blog que se deja acariciar libremente el lomo»
Sebastián Murcia y Pao Shakkon
Pensar en ti para mis granitos de arena no fue difícil, si desde que me conociste me invadiste con miles de palabras dichas rápidamente y en tono elevado, si me invitaste a la multitud de una discoteca y hasta me dijiste que hiciéramos un viaje en avión ¡jajaja!… Ahora dejando a un lado el sarcasmo y tomando lo real de nuestra amistad en el aquí y en el ahora, pensar en ti para este apartado ha sido lo más acertado, leer lo que escribes y saber un poco más lo que piensas sobre la vida siempre me nutre.
¿Comenzamos?
Cortázar decía “Probablemente de todos nuestros sentimientos el único que no es verdaderamente nuestro es la esperanza. La esperanza le pertenece a la vida, es la vida misma defendiéndose”. ¿Tienes una esperanza clara y firme en la vida?
Bueno, no estoy yo para contradecir a Cortázar, así que debo tenerla porque hago parte de la vida. Realmente estoy seguro de no sentir lo contrario. Si me preguntas si tengo esperanza en la preponderancia final de la vida, diré que no, que creo que el universo va hacia la muerte térmica. Pero, ¿qué hay antes? Antes hay todo y es tal vez ahí donde vive el reino de la esperanza.
¿Has tenido puntos y aparte en tu vida?
Primero he pensado en el uso del punto y aparte y creo que mi expatriación es el mejor ejemplo posible. Sigue la unidad temática moi, pero se han separado dos grandes párrafos de mi vida. Con toda seguridad han habido otros antes, menos fáciles de identificar, por lo que este aquí es el más claro.
¿Qué sientes cuando lees un libro? ¿Crees que es una pieza más del puzzle de tu vida?
En realidad no sé qué siento. Probablemente tenga que decir precisamente que no siento. Claro, no hablo de un sentir instantáneo, de un resultado inmediato porque sí que lo hay. Si fuera así, entonces sería lo contrario: lo siento todo. Pero no leo por sentir o no sentir; para mí no es un acto de ese tipo. Un acto así sería comer, algo que sí se siente y que se quiere repetir (o no) para sentir de nuevo.
Leer para mí es algo inmanente; una actividad que simplemente no puedo dejar de hacer.
Siempre he pensado que de vez en cuando exiliarse en uno mismo es un truco para reflexionar y reiventarse. ¿Te exilias a menudo?
A menudo me siento un completo exiliado. A veces incluso más cuando no estoy solo. Por ejemplo, tengo la costumbre de ser ese miembro callado de los grupos, que solo aparece cuando está a punto de asentarse el silencio. Me cuesta intervenir, tomar el ritmo de la palabra y, entretanto, voy escuchando, que es lo que he aprendido. Quizás por eso, al final la gente me cuenta historias y entonces se abre el puente que me trae de vuelta… Por eso es una actividad cíclica de la cual voy ganando, pero es un proceso lento como la evolución, mas que un truco para reinventarme.
¿Crees que la inconsciencia es un lujo que solo tenemos en nuestra juventud?
No, no y no. Antes, tendría que hacer la contrapregunta: ¿qué es la inconsciencia?
Aunque al final, en todo caso, diría que no. Siempre somos conscientes y solo quizás no durante el sueño, durante el síncope o durante la embriaguez (también en esos instantes matinales en los que hace uno el café sin poner café en la cafetera). Pero sé que te refieres a la falta de reflexión. Entonces, repito que no. Primero, porque no creo que sea un lujo; segundo, porque ese “lujo” sí que puede estar con nosotros siempre.
Sin duda alguna siempre he creído que tienes una habilidad muy grande: “sonreír a carcajada con un mal chiste”. ¿Esto es una habilidad para ti?
Para mí esos malos chistes son buenos… Y yo también soy bueno. No sé de qué manera este superpoder me salvará del apocalipsis zombie.
¿Cuál fue tu intención cuando Sebastián José (risas) y tú decidieron abrir un blog con vuestras historias?
Realmente no hubo intención; fue más algo “sin querer queriendo”. Ya en nuestras conversaciones había mucho ejercicio de rememorar y volver a reír, de recontarnos las historias. También había como un consenso de nuestros roles en la construcción de tantos pequeños desastres, además de la costumbre de Sebastián José de tomar muchas fotos que luego nos poníamos a repasar juntos. Mejor dicho, había un ejercicio común de todos los viajeros y él, pensando en motivar mi escritura y en que nos organizáramos, tuvo la idea de abrir el blog. Ya ahora entramos en receso técnico o en pausa activa. Tal vez si hubiéramos abierto un blog sobre la procrastinación…
El ser humano ha hecho cosas asombrosas con el pasar de los años. ¿Qué es lo que más te ha sorprendido a ti? ¿Y qué consideras tú que ha sido lo más asombroso que has hecho?
Yo creo que el ser humano es asombroso per se. Quizás ahora vemos asombrosa la sociedad moderna que ha construido en relación con la idea que tenemos del hombre primitivo, pero cualquier desarrollo ha venido de aquel “primer hombre”, algo que bien manifiesta aquella frase de “a hombros de gigantes”. Sin embargo, si algo me sorprende verdaderamente del hombre es que tenga consciencia. Puede parecer que no es un hecho como tal o que es un acto pasivo, pero creo que hay mucho de acción detrás de ese proceso de percibirse a sí mismo y frente a una realidad circundante. ¿Cómo llega el hombre a hacer lo que hace en lugar de quedarse inmóvil, atemorizado con su propia presencia? Creo que es lo más asombroso. Eso o, en mi caso, haber ido al aeropuerto a tomar un vuelo que salía y salió un día antes.
Hay una línea muy débil entre el conformismo y la satisfacción con poco. ¿Estás en alguno de estos dos puntos? ¿Por qué?
Puede ser que esté sobre la línea. Tiendo a pararme sobre las líneas, especialmente cuando piden no pisarlas… Por eso no me dediqué a los libros para colorear ni al recorte de figuritas.
Si te pidiera que me motives a seguir, ¿qué me dirías?
Te diría que sigas, que si te quedas, llegarán los viandantes ansiosos por ocupar tu espacio vital.
Gracias por regalarme lo más valioso para mi: EL TIEMPO, gracias por ser tú y no dejar de serlo al responder estas preguntas.
Consciencia y coherencia con lo que hacemos y lo que queremos